El objeto del proyecto es la reforma de las antiguas dependencias del Hospital de la Esperanza para ubicar el nuevo Centro de Salud Mental y Adicciones gestionado por las Hermanas Hospitalarias, del Hospital Mare de Déu de la Mercè.
El proyecto, por tanto, ocupa un espacio que forma parte del Hospital de la Esperanza pero que funcionalmente está segregado del mismo. Este espacio está dividido en dos plantas: La planta superior está ubicada a nivel de la planta baja del edificio del hospital y tiene acceso directo desde el exterior. La planta inferior se encuentra en planta semisótano, a la vertical debajo de la anterior pero se extiende más allá del ámbito de la planta baja, y cuenta con
otro acceso directo e independiente desde el exterior.
El hecho de que, en su uso anterior, ambas plantas pertenecieran a unidades diferentes y sólo estuvieran comunicadas a través del núcleo de comunicaciones vertical general del Hospital de la Esperanza, hace que la reforma contemple también la creación de un nuevo núcleo de escalera y ascensor interno, propio del Centro de Salud Mental.
La planta sótano acoge el resto del programa dedicado a la Unidad de Memoria, Conducta y Demencia. Tiene su acceso principal al final de la rampa que desciende desde la Avda. del Santuario desde donde, junto a la entrada, se encuentra la recepción-control. A la derecha se ha ubicado, de forma compacta, el área de dispensación que cuenta con 2 consultas, 1 baño y 3 despachos propios.
A la izquierda de la recepción hay 10 consultas de salud mental, junto con la sala de espera. Ésta última se convierte en el espacio más representativo del centro, ya que la disposición de un techo que llega inclinado hasta la altura de 4,70m para recoger y conducir la luz que entra a través de la franja de ventanas altas de la planta sótano le dota de singularidad.
Las consultas que no están en fachada reciben luz natural a través de una tarjeta de vidrio en la parte superior del cierre, mientras que las que se ubican en fachada aprovechan el cerramiento de vidrio existente y disponen de luz natural de forma directa. Así se cumple uno de los objetivos del proyecto, dotar de luz natural el mayor número de espacios posibles.
El espacio destinado al centro de día se divide entre un comedor para 25 personas y un office, ubicado junto al ascensor, facilitando el movimiento de carros y mercancías.
Por último, los 3 bunkers de pruebas diagnósticas existentes se reforman por completo para acoger tres salas de actividades y terapia, una vinculada al centro de día y las otras a las consultas de salud mental.